Sanción de $950.000 a Citibank, Falabella y Mastercard por no brindar el servicio de tarjetas de crédito en el extranjero.

Lo que tenía que ser un viaje de buenos negocios y progreso se convirtió para Alberto Catullo, comerciante de nuestra ciudad, en una pesadilla económica y de «insolvencia» en ese aspecto, ante quienes tenía que demostrar todo lo contrario.

Beto Catullo, como todos lo conocen, fue a Colombia a mediados de 2015 y, como se hace habitualmente en estos casos, pidió autorización ante los emisores de sus tarjetas de crédito para poder utilizarlas sin problemas. La idea era costear los gastos con el plástico y manejarse de esa forma. Sin embargo no pudo. Las tarjetas Visa y Mastercard, emitidas en este caso por CitibanK NA y Falabella SA fueron rebotadas una y otra vez; Catullo lo sufría y no podía remediar la situación de ninguna manera y por eso un amigo que estaba en ese país le prestó dineró que luego tuvo que girarle. Claro que ya no era lo mismo, la preocupación, la incertidumbre y el no poder demostrar solvencia económica ante quienes debía realizar negocios, derrumbaron las ilusiones de un plumazo y Beto se volvió del país cafetero con más broncas que con beneficios.

Por eso en 2015 el comerciante comenzó un largo proceso judicial ante el Juzgado Municipal de Faltas N°2 de Defensa al Consumidor, patrocinado por los abogados Romina Vera y Guillermo Gabriel Fernández Solís. Y el fallo del juez Dante Daniel Rusconi se conoció recientemente y obliga a:

«Aplicar a Citibank NA y CMR Falabella SA la sanción de multa por el valor de $300.000 a cada una, más la suma correspondiente en concepto de Tasa Administrativa por no haber habilitado las tarjetas de crédito del denunciante durante un viaje por el extranjero en infracción al artículo 19 de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor; y a First Data Cono Sur SRL la sanción de multa por el valor de $350.000 por haber infringido al artículo 19 de la Ley 24.240 así como el artículo 48 de la Ley 13.133 al haber incomparecido injustificadamente a la audiencia conciliatoria del día 23/09/2015. El depósito del importe de la multa y la tasa correspondiente se deberá realizar dentro del plazo de diez días hábiles desde que la presente se encuentre consentida o ejecutoriada, ello bajo apercibimiento de ejecución por vía de apremio».

Los abogados Romina Vera y Guillermo Gabriel Fernández Solís explicaron a El Editor Platense que «ahora se reclamará un resarcimiento económico para nuestro cliente que es lo que corresponde. Este fallo judicial es inédito y sienta precedente, el proceso fue largo, hubo que tener paciencia, pero la Justicia se expidió ahora favorablemente después de los problemas que tuvo que afrontar nuestro cliente en el exterior, en este caso en Colombia donde no la pasó nada bien».

Por su parte el propio Catullo dijo que pretendía dar a conocer públicamente este fallo porque «de esta manera mucha gente que también es perjudicada por el uso de tarjetas de crédito sabe que es posible una acción judicial, es cierto, hay que tener paciencia porque los procesos son lentos, pero a la larga se hace justicia».

LA EXPOSICION JUDICIAL Y LOS SERIOS PROBLEMAS EN COLOMBIA

La siguiente es parte de la exposición que realizó Beto Catullo cuando inició las acciones legales que ahora le dieron un fallo a favor en la Justicia de la Ciudad:

«Con fecha 31 de marzo de 2015 me embarqué con destino laboral desde Buenos Aires hacia la ciudad de Lima, Perú, haciendo escala en Quito para arribar a la ciudad de Bogotá, Colombia, con fecha de retornó el 15 de abril de 2015 a Buenos Aires, realizando escala en Lima, Perú, tal como consta del comprobante web del intinerario de viaje que me fue enviado por itinerary@amadeus.com y del paso de abordar que aduno a la presente».

«Previamente a embarcarme e iniciar mi viaje notifiqué telefónicamente al banco Citibank mi estadía fuera del país para poder utilizar la tarjeta de crédito Visa en el extranjero, recibiendo el 30 de marzo de 2015 un mail con la confirmación por parte del mencionado banco que habían recibido la información de mi viaje correctamente y que esta sería proceda dentro de las ocho horas siguientes, facilitándome información y teléfonos de contacto a los cuales recurrir en casos de algún inconveniente en el extranjero. La misma notificación fue realizada a la entidad Falabella para la utilización de mi tarjeta de crédito CMR Mastercard Falabella en el mismo país, Bogotá, Colombia».

«Una vez en mi destinto quise pagar distintas compras con las tarjetas de crédito en cuestión, me dirigí a un comercio y al ser el cartón en este caso de la tarjeta Visa del banco Citibank pasado por dos tipos de lectores, uno marca RBM y el otro marca Verifone, fui anoticiado de la posiblidad de ejecutar la compra mediante este plástico, ya que no podía ser leídos por ninguno de los dos apartos, ocurriendo la misma situación en otro local comercial. El impedimento de abonar con las mismas se dio sólo en el país que justamente denuncié a la entidad bancaria mi estadía. La Mastercard tampoco la pude utilizar, la pasaba por los lectores y estos respondían con una leyenda ´ENTIDAD NO RESPONDE´».

«Encontrándome en un país extraño ante una situación de indefensión total, sin poder arribar a una solución oportuna, pese a haberme comunciado numerosas veces con los números telefónicos de contacto que me fueran brindado por las empresas, cuyos operadores me manifestaban erróneamente la inexistencia de cualquier tipo de problema para que use mis tarjetas en Colombia y sin respaldo económico dado el poco efectivo que había llevado y teniendo que limitarme a una suma de poca cuantía para soslayar los gastos durante mi estancia laboral. Debiendo privarme de abonar cenas y reuniones de índole laboral con la inteción de agasajar a mis posibles clientes a los que seguramente debí darles una impresión de falta de solvencia total, al intentar pasar mis tarjetas y que estas fueran rechazadas causándome conflictos laborales o incluso la frustración de eventuales negocios».

«Aún más, debo destacar, las complicaciones en las que me vi inmerso en cuanto a transporte y traslados, ya que al no poder usar mis tarjetas, cuando intenté rentar un auto fui automáticamente rechazado debiendo utilizar distintos medios de transportes mucho más onerosos para trasladarme y que importaron un dispendio de tiempo, incomodidad, fastidio y convirtió por demás engorrosa la labor que debía realizar, al tener que ingenier cómo trasladarme de un lugar a otro en un sitio totalmente desconocido para mí».